La DGT ha identificado que algunos medicamentos afectan la capacidad de los conductores al provocar efectos secundarios como somnolencia, pérdida de reflejos o dificultades de concentración. Estos efectos pueden comprometer tanto la seguridad del conductor como la de otros en la carretera. La nueva normativa se inspira en regulaciones de seguridad similares en otros países europeos, que ya limitan el acceso al volante para personas bajo ciertos tratamientos.
Según las nuevas normativas, los medicamentos que pueden presentar problemas incluyen:
Ansiolíticos y antidepresivos: Estos fármacos, empleados en el tratamiento de ansiedad y depresión, pueden provocar somnolencia y afectar el tiempo de reacción. Los pacientes con trastornos psiquiátricos graves deberán presentar un informe médico si desean renovar su permiso.
Antipsicóticos: Utilizados para tratar trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia, estos medicamentos pueden alterar la percepción y reducir la concentración.
Medicamentos para el insomnio y la epilepsia: Los tratamientos para estos problemas pueden afectar el estado de alerta y causar somnolencia o incluso pérdida de conciencia.
Insulina y otros tratamientos endocrinos: La insulina, necesaria para algunos diabéticos, puede ser un riesgo si se combina con hipoglucemias severas que lleven a la pérdida de consciencia. Los conductores con diabetes tipo 1 o tipo 2 deben seguir controles regulares y presentar informes médicos que demuestren un control efectivo de su condición
Para renovar el carnet, es necesario pasar un examen psicotécnico en los Centros de Reconocimiento de Conductores. Si un conductor está tomando alguno de estos medicamentos, el centro evaluará si su capacidad está comprometida. Dependiendo de la situación, pueden solicitar un informe médico que confirme la estabilidad del paciente y su aptitud para conducir.
La DGT ha identificado ciertas enfermedades y condiciones médicas que afectan la conducción y ha clasificado en categorías como enfermedades cardiacas, psiquiátricas, neurológicas y endocrinas. En algunos casos, las enfermedades crónicas o degenerativas pueden requerir un control más estricto para mantener la licencia de conducción, lo cual implica renovaciones más frecuentes o permisos con duración limitada
Consultar al médico: Antes de renovar el carnet, los pacientes deben hablar con su médico para entender los efectos de sus medicamentos en la conducción. Es posible que algunos fármacos tengan alternativas con menos efectos secundarios.
Planificar el examen de renovación: Si el conductor presenta un riesgo, es importante preparar un informe médico que certifique que la enfermedad está controlada y que no representa un peligro en la carretera.
Mantener una buena comunicación con la DGT: La DGT puede requerir más información sobre el estado de salud del conductor. Es importante responder a estos requerimientos para evitar la suspensión o denegación de la renovación.
Las nuevas normativas de la DGT reflejan la importancia de la seguridad en las carreteras y el interés en adaptar la normativa a los avances en medicina y salud mental. La meta final es permitir la conducción solo a quienes realmente estén en condiciones de responder ante cualquier situación.
La seguridad vial es una responsabilidad compartida, y las normativas para limitar la conducción bajo el efecto de ciertos medicamentos son un paso hacia un entorno más seguro en las carreteras. Los conductores que dependen de medicamentos específicos para su bienestar no tienen necesariamente prohibido renovar el carnet, pero sí deben cumplir ciertos requisitos y controles. Con la colaboración entre la DGT, el personal médico y los conductores, se puede garantizar que solo las personas aptas permanezcan detrás del volante.